1797 08 17 BLANCO GODOY

17 agosto, 1797.

Da Pedro Emilio Blanco [Madrid] a Manuel Godoy [Madrid].

Pedro Luis Blanco, Bibliotecario Mayor de la Real Biblioteca Pública, solicita a Godoy se atiendan sus argumentos, expuestos en un memorial anterior, sobre la conveniencia de unir la Imprenta Real y la Biblioteca.

Excelentísimo Señor.

Muy señor mío de mi mayor respeto:

Entre varios medios que propuse a Vuestra Excelencia en 8 de marzo del año próximo pasado para el restablecimiento de la Real Biblioteca, hize presentes las razones de utilidd y economía que hacían desear se uniese a ella la Imprenta Real, según lo dispuesto por Real Orden quando se cometió el establecimiento de esta al Bibliotecario Mayor don Juan de Santander, aunque después de su fallecimiento no pudo verificarse por motivos que no expongo a Vuestra Excelencia una disposición que era de la maior importancia para el servicio de Su Majestad y para que floreciesen los dos establecimientos con gloria del Estado y sin gravamen del real erario, y aun con utilidad del mismo.

No molestaré a Vuestra Excelencia reproduciendo las razones que expuse, ni otras que pudiera añadir, ciñéndome hasta que Vuestra Excelencia me mande otra cosa a repetir mi solicitud, asegurando que la Imprenta Real no puede prosperar separada de la Biblioteca, como se verifica en el día y acreditará el tiempo con más evidencia; que, unida a ella, tendrá todos los auxilios necesarios para competir con la célebre Imprenta de Parma y con las más famosas de Europa; que no será difícil trasladar al servicio de Su Majestad al incomparable Bodini [sic], o a lo menos sus punzones y matrices; y últimamente, Señor, la Real Biblioteca necesita veinte mil pesos de aumento de dotación anual sobre los doscientos setenta y nueve mil reales que ahora percive interinamente del Real Erario, y, uniéndole la Imprenta, evitará Su Majestad este gasto; y después de quedar decentemente dotada con los productos de ella dejará libres a Su Majestad maiores cantidades que en el día resultan, ya porque, dirigida por un cuerpo de literatos, imprimirá obras dignas de una imprenta real, y ya porque la unión de dos establecimientos en uno evita la mitad de gastos, escusando duplicados sueldos y dependientes.

Esta solicitud no tiene más objeto que el mayor servicio de Su Majestad sin perjuicio de nadie, pues supongo muy acreedores a la real confianza a todos los dependientes de la Real Imprenta, y que, caso que fuese del agrado de Su Majestad unirla a la Biblioteca, sería sin detrimento de los que sirven en aquella, conservando sus sueldos aun a los que no fuesen necesarios.

En la misma representación de 8 de marzo propuse igualmente a Vuestra Excelencia que sería muy conveniente que los Bibliotecarios Mayores tuviesen la Superintendencia de Imprentas del Reyno. Y en ello creo que no se interesa menos el servicio de Su Majestad, porque, teniendo en su Biblioteca tantos criados de su Real Casa con duplicada obligación de celar la clase de libros que se imprimen, no estaría este grave negocio fiado a censores particulares o tal vez vendidos a los mismos escritores, y sería muy posible evitar las impresiones furtivas que tantos males pueden producir.

Si estos pensamientos no desagradasen a Vuestra Excelenciaa, podré exponerlos con más extensión y fundarlos con razones no despreciables, porque todo mi anelo se ciñe a proporcionar medios para ser de alguna utilidad al servicio del Rey y obsequio de Vuestra Excelencia, en cuya mayor gloria me intereso muy particularmente.

Nuestro Señor guarde a Vuestra Excelencia muchos años.

Madrid, y agosto 17 de 1797.

Excmo. Señor,

Pedro Luis Blanco.

Excelentísimo Señor Príncipe de la Paz.

[En la primera h. recto, los siguientes endosos:] Madrid 17 de agosto de 1797. Don Pedro Luis Blanco.

[De mano de Godoy:] agosto 18 1797 no ha lugar. Se le dixo.