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Introducción

 

CASTLE OF OTRANTO 1791

Tal y como se expresa en portada, esta edición es la sexta de la obra, y, según quienes se vieron implicados en su producción, incluyendo al autor, «el más bello libro posible en inglés», como expresa el librero-editor al tipógrafo al recibir los ejemplares del mismo (Edwards 1985, 24; Cotone 1993, 116). Uno de los primeros especímenes de novela gótica, The Castle of Otranto fue publicado en su primera edición sin el nombre de su autor y presentado como si se tratara de una traducción al inglés de un libro italiano hallado en la biblioteca de una noble casa católica del norte de Inglaterra, supuestamente publicado con letra gótica en Nápoles en 1529, aunque escrito mucho antes por un canónigo de Otranto, Onuphrio Muralto, que con dificultad disimula el nombre de Sir Horace Walpole.

En 1787, durante un viaje en compañía de otros hombres de la profesión, el exótico James Edwards, librero, editor, caballero y espía, de la saga de los Edwards de Halifax (Marks 1998, 184), visitó la Stamperia Reale de Parma, conoció a su director y se hubo de plantear una colaboración que dio de sí esta primera publicación inglesa de cierto cuerpo realizada por Giambattista Bodoni. Si no el mejor, sí puede considerarse un «symbol, at least in typographical and bibliographical terms, of Italian interest in the English world» (Cavagna 2010, 120), o, más especialmente, del interés particular de algunas personas del mundo del libro italiano e inglés por colaborar en la producción editorial con destino al mercado británico más exigente. 

Horace Walpole estaba ya al tanto del asunto desde finales de 1787, pues en enero del año siguiente escribe al enviado especial de la corte de Londres en Nápoles, Hamilton, solicitándole información sobre el real castillo de Otranto, cuya existencia desconocía cuando escribió su libro, en cuyo título había incluido el nombre de la ciudad elegido por eufónico entre los que vio en un mapa de ciudades cercanas a Nápoles. Hacía poco que Lady Craven le había regalado un dibujo tomado al natural, y le solicitaba ahora una vista que respondiera a la realidad, pues pensaba incluirla grabada en una nueva edición, de la que habla en estos términos: «Mr Edwards, a very ingenious bookseller, and of much taste, has been this summer in Italy in the poursuit of curiosities of his profession. He formed an intimacy at Parma with the renowned printer of that city (whose name, though a kind of printer myself, I have shamefully forgotten) the Parmesan Elzevir promised Edwards to print some English book for him; and Edwards (I suppose from partiality for me as a printer) wished it might be one of my productions. I named (though never printed at my own press) my Otranto, as the only one of my writings which is ever likely to be much known out of our island—indeed the Duchess of Gloucester tells me it has been translated into Italian—when or where I had never heard, nor know yet—though should it ever come into your hands, dear Sir, I should be obliged to you for a sight of it—it was early translated in France, but very imperfectly» (HWCY, XXXV, 436).

En la carta más antigua que conservamos de Edwards a Bodoni, le propone materializar la colaboración empezando, precisamente, por The Castle of Otranto, de cuyo autor había obtenido el permiso para reeditarlo, imprimiendo mil cuatro ejemplares, quinientos de los cuales habrían de ser in-8º pequeño sobre el mismo soporte que el famoso Cours d’Étude pour le Prince de Parme de Condillac –impreso en la Stamperia Reale en 1782 en 13 volúmenes sobre un papel parmense fino y de buena calidad (Brooks 1927, nº. 203)–; otros quinientos más sobre el papel mejor posible que se pueda encontrar apropiado para imprimir con ese formato; y cuatro más, en fin, sobre pergamino. Le anuncia, además, que a la vista de cómo se desarrolle la colaboración, le encargaría una «soberbia» edición de las obras de Shakespeare (carta de 4-1-1788, apud Edwards 1985, 14). En cartas posteriores, que son testimonio también de una segunda visita del inglés a Bodoni en 1789, se refiere a otros proyectos de la misma ambición acordados durante este segundo encuentro, como una serie de cuatro autores griegos, cuatro latinos y cuatro italianos in-4º. (Edwards 1985, 17).

Es evidente que lo que el librero inglés se planteaba con quien consideraba el mejor tipógrafo del momento era un negocio editorial de amplio espectro, pues, de un lado, solicitaba tiradas que podríamos considerar ‘industriales’; y, por otro, diferenciando calidades de papeles y ejecución, atendía, también y en primer lugar, a un mercado bibliófilo de exigencia media, y a otro mucho más exclusivo y competitivo entre sí, al que destinaría los pocos ejemplares sobre pergamino. Como sabemos, la posesión de libros antiguos y modernos impresos sobre pergamino era una de las obsesiones de la bibliofilia inglesa del siglo xviii y, según el gran bibliógrafo Thomas F. Dibdin, uno de los síntomas característicos de la más acusada enfermedad bibliomaníaca (Cátedra 2013a, 45-46). De hecho, Edwards, librero de larga vista comercial, busca en Italia denodadamente impresos antiguos sobre pergamino, y en el epistolario con Bodoni ha quedado muestra de su afán para conseguir ejemplares con esas características, como el Terencio de Aldo, que al fin consigue cambiar a los administradores de la Biblioteca Palatina por un breviario de Alejandro Farnese iluminado, compensando además con 7 cequíes la diferencia de precio. Con estas piezas calmaba su enfermedad y la de personas como el propio rey George III, Lord Spencer, Duque de Berwick, Conde de Devonshire, etc., etc., que competían para hacerse con los raros ejemplares de libros antiguos que comparecían en el mercado o con los recientemente impresos en Inglaterra, Francia y, por supuesto, Parma (Cátedra 2013e).

Pese a los acuerdos establecidos, Bodoni, como era tan habitual en él, se fue retrasando y no marchaba al ritmo que el inglés hubiera querido o quizá sus negocios exigían. Le reclama en numerosas ocasiones la edición o alguna muestra de la misma a lo largo del epistolario de 1780-1790 (Edwards 1985, 16, 17, 18). Por agosto de este último año, sin embargo, el librero de Parma Blanchon le informó de que la obra estaba terminada, incluso los cuatro ejemplares sobre pergamino (Edwards 1985, 21). No obstante, en Parma quizá el trabajo se fue completando meses antes, pues que Bodoni lo da por terminado hacia febrero o marzo de 1790, si datamos correctamente una carta a Azara (cf. Ciavarella 1979, II, 28). Uno, o pocos más ejemplares, de The Castle of Otranto alcanzó a llegar a la isla a finales de 1790. A finales de noviembre aún no estaba disponible, pues Walpole se lamenta, escribiendo a sus amigas Mary & Agnes Berry, que, aunque Edwards le había asegurado dos meses antes que el libro estaba a punto de llegar, aún no lo ha hecho (HWCY, XI, 150; Hazen 1948, 56). En diciembre el autor ya había visto el ejemplar, y, escribiendo a su Mary Barry, el día 20 de diciembre, ya muestra su contrariedad, felicitándose de que no tenga aún ejemplar, pues «a copy is come so full of faults, that it is not fit to be sold here» (HWCY, XI, 170; Hazen 1948, 56). El propio Walpole debió, así, detener la distribución y exigir las correcciones que, el 11 de enero de este año, Edwards, acusando recibo del ejemplar y alabando la belleza del trabajo, reclama; concretamente, sobre doce erratas para cuya corrección requiere la reimpresión de las páginas correspondientes. Al tiempo, le solicita cambios ‘editoriales’, como el que más abajo se señala en el pie de imprenta que figura en portada (Edwards 1985, 24), entre los que se cuenta el de la fecha (1791, en lugar de 1790), previendo sin duda el retraso en la comercialización a tenor de los cambios que Bodoni habría de hacer en el montante de la tirada, aún en Parma, antes de remitir la edición completa a Edwards. Bodoni debió proceder a la sustitución de las hojas correspondientes, y envió los libros en julio de 1791, como avisa a Edwards en carta anterior a la que este le escribe el día 28 (Edwards 1985, 26). Resueltos los problemas, casi un año después, el 21 de octubre de 1791, Edwards escribe a Walpole notificándole que, por fin, el libro ha llegado y que le remitirá un ejemplar en cuanto acabe de encuadernarlo (HWCY, XV, 212-213).

En la carta no conservada anterior al 28 de julio, Bodoni también le comunicaría el importe total de la edición. Este suscitó algunas diferencias entre impresor y librero, con un intercambio epistolar al respecto no demasiado grato. Al parecer, y según se deduce de la carta de Edwards y de la contestación de Bodoni, la tirada al fin acordada del libro no fue tan a lo grande como la prevista al principio, y quedó reducida a una más manejable de 300 ejemplares. Con seguridad, Bodoni respondió a las primeras propuestas de publicar un millar con una negativa, ajustándose, como solía, a sus posibilidades y a su deseo de no publicar bajo su responsabilidad grandes tiradas. Trescientos ejemplares son, además, los que Walpole piensa se van a tirar, como comenta en noviembre de 1790 a sus amigas (HWCY, 11, 150; Hazen 1948, 56).  Sobre la base de ese primer encargo Bodoni debió fijar el importe, estimado en 15 paoli por ejemplar, en donde se incluían todos los gastos, incluso el de la fundición de nuevos caracteres. Edwards –lo hemos visto– hubo de asegurar al autor y a sus clientes que la nueva edición de postín que iba a producir uno de los más famosos impresores continentales, como ya era Bodoni –quizá el más acorde con la estética inglesa, también– se limitaba a 300 ejemplares. Pero, como no es inhabitual en los medios editoriales antiguos y modernos, trató de que se sobretiraran 200 ejemplares más, para lo que se puso en contacto con Hans Georg Handwerk, el ecónomo de la Reale Stamperia, según se deduce de su carta de quejas sobre el precio remitida a Bodoni el  28 de julio de 1791. La intervención del Ecónomo implica que el libro se estaba produciendo en los talleres de la Stamperia Reale, y no en los propios de Bodoni, que aún no habían sido montados. Así, pues, el total de la edición fue 500 ejemplares, que son los que Bodoni envió y debió facturar al precio acordado por unidad.

Edwards se admira de lo excesivo del importe; lamenta no haber concretado mejor estos aspectos antes de convenir la edición, y propone una sustancial rebaja de casi un cuarenta por ciento o más, así como también que no se le cobre el importe de los cuatro ejemplares sobre pergamino, aunque está dispuesto a pagar lo que costaron las pieles. Aduce, además, precios del mercado europeo, inglés y francés, citando a los Didot, concretamente, menos caros que Bodoni, y aportando un cuadernillo impreso en Inglaterra cuyo importe estimado es mucho menor que el que se le factura en Parma por el mismo trabajo. Carga las tintas también sobre las incorrecciones del libro, especialmente en lo que toca a la partición de palabras, y señala, en fin, un dato que nos interesa: el hecho de que el papel utilizado tuviera tales medidas por pliego (de hecho, 510 × 300 mm.) que obligara a imponer la obra in-4º. en vez de in-8º, con el consiguiente aumento de horas de trabajo en imposición e impresión, a pesar de que el tamaño ‘formal’ era in-8º mayor, no era una responsabilidad suya, sino de quien hubiera tomado la decisión de valerse de ese papel existente en los almacenes de la imprenta parmense. Acaba afirmando que, al precio que se le factura, le será imposible vender los 500 ejemplares en Inglaterra (Edwards 1985, 26-27).

Bodoni no da su brazo a torcer y mantiene el precio por ejemplar, sin tener en cuenta el montante total y lo que implicara un sobretiro en la posible reducción del precio. Le ofrecía, además y aunque se había comprometido a no comercializar ejemplares del libro, quedarse con aquellos de los que Edwards no pudiera hacerse cargo, para distribuirlos en Inglaterra por medio del librero Pietro o Peter Molini, pariente de la saga florentina y con establecimiento en Londres. Ante la acusación de falta de cuidado en la corrección del texto, afirma haber atendido todas las propuestas de corrección que se le habían enviado, como podrá ver el librero a la recepción de los libros, que ya estaban en camino. Supongo que la alusión a Didot por parte de Edwards no fue, precisamente, algo que beneficiara sus pretensiones cerca de Bodoni, en esas fechas en plena campaña personal contra la saga francesa de tipógrafos, impresores y editores (véase Cátedra 2012, 205-207, & Cátedra 2013e). Y quizá esta molestia estaría en la base del órdago de quedarse con una parte cuantiosa de la edición para comerciarlizarla en Inglaterra en franca competencia con el propio Edwards, quien, ante estos argumentos, hubo de ceder, como veremos.

Al fin, Bodoni aduce una razón para un precio tan subido que se nos antoja harto interesante, desde el punto de vista del funcionamiento de la imprenta parmense, desde el de su situación más o menos autónoma en ella y, quizá, desde la perspectiva literaria. Valora el riesgo real que ha corrido al publicar una obra de esas características en la Reale Stamperia de Parma, hurtando información a sus superiores y sin el permiso preceptivo del Duque de Parma, que quizá nunca lo hubiera concedido para imprimir The Castle of Otranto (Edwards 1985, 28-29). Que Bodoni se valía de la Stamperia para publicar sus ediciones no es novedad; tampoco lo es el que a veces no solicitara permiso alguno, y estampara en portada la marca personal «co’ caratteri bodoniani» –como, según veremos, quiso hacer, y de hecho hizo, en el estado primero de The Castle of Otranto–; lo que sí sería novedad es la alusión al peligro de perder el trabajo en Parma si está refiriéndose, además de a su irregular proceder administrativo, a haber arrostrado una obra que, como la de Walpole, estaría lejos de los gustos literarios e incluso de los presupuestos morales del Duque bigotto. Una de las primeras novelas góticas europeas, con argumento tan prerromántico y enrevesado, escrita además por un inglés, podría ser considerada escandalosa en Parma, interesante aspecto por lo que se refiere a la recepción de una obra que tuvo una penetración tardía o poco significativa en Estados borbónicos españoles (Cátedra 2013a, 155-157) e italianos, en donde no fue muy leída la traducción italiana de George Sivrac publicada en Londres en 1795.

Cada cual, sin embargo, miraba por sus intereses: aunque esta respuesta de Bodoni no está fechada, podemos datarla en 16 de agosto, porque esa es la fecha que consigna Edwards en su respuesta del 29 de septiembre de 1791 (Edwards 1985, 30). El tipógrafo solo había concedido lo propuesto sobre los ejemplares estampados en pergamino, que está dispuesto a ceder al precio de la materia prima: no dice más. Y, sin embargo, el inglés, escribiendo a Walpole en octubre, le dice que Bodoni «has withheld all the vellum copies and says he will not give them to me but at twenty sequins each» (HWCY, 15, 213), flagrante falsedad que solo se explica por la avidez del librero en ahorrarse un ejemplar para el autor y no desprenderse de ninguno si no fuera cobrándolo bien.

Educadas protestas de amistad y honorabilidad abroquelan estas diferencias epistolares, al cabo meramente económicas, que, en fin, no dejarían de perjudicar la relación entre Bodoni y Edwards, hasta el punto de no llegarse a materializar los proyectos editoriales tan cacareados por ambos, y de ir apagándose poco a poco las relaciones. Para ello también contribuyó la situación política, el estallido de la guerra, el lugar del estado borbónico de Parma en la misma, y las circunstancias materiales que dificultaron también el movimiento de libros en la Europa de los años 1792-1800.

Se ha repetido quizá con ligereza una opinión muy adversa a la corrección del trabajo de Bodoni. Sabemos que el propio Walpole intervino en la corrección sobre el ejemplar enviado por Bodoni a Edwards. Sin embargo, la lista de erratas mencionada no es excesivamente grande, solo de 12, teniendo en cuenta lo que sería editar una obra en inglés en Parma. Los encartes o sustituciones del tomo en el estado segundo de la emisión a son, sin embargo, más numerosos de los que se derivarían de la lista de erratas. Teniendo en cuenta este hecho, y también el examen de los ejemplares que aquí se citan, y otras descripciones materiales pormenorizadas como la de Hazen 1948, 57, se puede comprobar, de un lado, que las doce erratas señaladas por Walpole a Edwards son verdaderamente erratas de composición (confusiones entre te y the, cambios de orden de letras [wat por wath], mala interpretación del texto original [saltered por faltered], falta de letras, etc.); de otro lado, que en los ejemplares de ese mismo estado segundo de la emisión a figuran sustituidas al menos 5 hojas más que no están implicadas en la lista de erratas –a saber, c3, e1, n3, y2 & z2–, lo que nos permite concluir que ya Bodoni había procedido a la sustitución, antes de recibir las correcciones de Edwards, de algunas hojas al detectar problemas en el texto en una primera corrección. En fin, se puede comprobar que no todas las sugerencias de cambio o sustitución de páginas se atendieron, pues a Bodoni le pasó por alto la corrección en la h. sign. i2, pág. 67, última línea, en la que debiera figurar and y en todos los ejemplares que he examinado figura la errata aud, aunque es posible que el tipógrafo mandara corregir algunos raspando y con pluma, como en caso de erratas parecidas hace en otras ocasiones, para evitar imprimir de nuevo, y que algunos de los ejemplares escaparan a esta corrección manual.

La calidad del libro impresionó, desde luego, a los coleccionistas británicos o a los franceses, por medio de Renouard, y también a algunos españoles, como Leandro Fernández de Moratín, que lo pudo ver en Inglaterra o ya en Bolonia, y que decide tomarlo como punto de referencia a la hora de modelar su La comedia nueva en 1796. Pero, para este asunto, remito in extenso a la primera monografía de la Biblioteca Bodoni (Cátedra 2013a, 140-178).

Uno de los aspectos que también interesa, por lo que a la difusión de la obra se refiere, es el de la configuración de una que podemos considerar emisión b enriquecida de grabados especialmente impresos para esta edición, que, no obstante, también se utilizarían en la traducción italiana de 1795, modificando los textos. Como señala mejor Hazen, «six plates illustrative of the Castle of Otranto were published by E. and S. Harding in July 1793 to accompany either the Bodoni or the small octavo edition; they were drawn by ‘a lady’ (Miss Anne Melicent Clarke) and engraved by Birrell. The plates were of course not issued with any copies sold before July 1793, but a good many purchasers of the book after that date seem to have had the plates bound in» (Hazen 1948, 61). Las láminas, si hemos de prestar credibilidad a sus pies de texto, fueron grabadas y comercializadas por los Harding entre julio y octubre de 1793, en su establecimiento de Pall Mall, muy próximo a la librería de Edwards. Se trata, pues, de un caso típico de ‘enriquecimiento’ de los libros, bastante generalizado en la bibliofilia inglesa, que en este caso parece hacerse ‘editorialmente’ con la anuencia de Edwards, seguramente atendiendo a las reclamaciones de los compradores del libro, habituados a la ilustración. No son pocas las ediciones que, desde mucho antes, ofrecen la posibilidad de ser compradas o facilitar al comprador la construcción de emisiones diferentes, con grabados o sin ellos; es el caso, por ejemplo, del gran Horacio de 1770 de Baskerville, para el que se comercializó una serie de ilustraciones que no se encuentran en todos los ejemplares. Los libros de un Bodoni, que rechazaba la ilustración exenta no solo por razones estéticas, sino también por carencias técnicas en la Parma en la que trabajaba, también se vieron trufados o enriquecidos, según se mire, sobre todo en Inglaterra. El negocio paralelo de la estampa contribuye, desde luego, a esta situación, además de la preferencia de la bibliofilia europea por los libros ilustrados. Señalo en la descripción tipobibliográfica como emisión b la que contiene las ilustraciones añadidas en Inglaterra a partir de 1793, ilustraciones que pueden verse también en la Biblioteca Bodoni.

Descripción tipobibliográfica

 

[Portada:] THE CASTLE | OF OTRANTO, | A | GOTHIC STORY . | TRANSLATED | BY | WILLIAM MARSHAL, GENT. | FROM THE ORIGINAL ITALIAN | OF ONUPHRIO MURALTO , | CANON OF THE CHURCH OF ST. NICHOLAS | AT OTRANTO . | [entre dos líneas:] THE SIXTH EDITION . | PARMA, | PRINTED BY BODONI , FOR | J. EDWARDS, BOOKSELLER OF LONDON. |MDCCXCI .

colación y estructura. 8º. m.,  c. 255 × c. 175 mm. 1 h. (portadilla), 1 h. (portada), 1 h. (composición poética), [i]ii-xxxii págs., [1]2-245[246] págs., 1 h. en blanco. Sign. [ ]1 [ ]1 [ ]1 1-4a-zaa-hh4. La imposición de este volumen es, como se echa de ver, in-4º. En las emisiones a y bHazen 1948, 57, señaló ya buena parte de estos encartes–, se han sustituido las h. sign. [ ]1 (portada), el cuadernillo sign. 1, y las h. sign. a2 , b4, c3, d1, d4, e1, f3, h3, m3, n2, y2, z2 (véase lo dicho antes en la introducción y más abajo a propósito de los estados de la edición).

tipografía e impaginación. Tipos redondos y cursivos soprasilvio (cuerpo 15/16) para el prólogo; redondos y cursivos silvio (cuerpo 14) para el texto; cursivos cancillerescos para la foliación del texto. Mancha de texto: 145 × 75 mm. sin contar foliación. Foliación superior, centrada y en versalitas en el prólogo, y centrada y en cursiva en el texto. Cabeceras de capítulo en forma de bandas formadas por adornos (Manuale 1818, II, fol. 184, nº. 18).

soporte. 1) Papel verjurado grueso (carta real fina) con filigrana, visible en el centro del bifolio, de trébol y en su base el monograma «GP», que alterna con uno de pasta más basta aunque del mismo gramaje con filigrana, visible en el centro de la página, de flor de lis de menor tamaño y en la base el monograma «FP» (emisión b); con la misma filigrana y monograma, aunque de menor gramaje, lo he encontrado solo utilizado en los folios sueltos de preliminares antes señalados. 2) Pergamino (véase más abajo) (emisión c). 3) Brooks 1927, nº. 420, cita «alcune copie in carta d’Annonay», de las que no dan cuenta otros bibliógrafos bodonianos; la ausencia de referencias a esta emisión en papel vitela por parte de De Lama 1816, II, 65, y por parte de Renouard 1795, 22, así como también las consideraciones de Hazen 1948,  60, restan credibilidad a la afirmación de Brooks.

tirada. 500 ejemplares en los papeles indicados para la emisión a, y de cuatro a seis sobre pergamino para la emisión b. A propósito de esta emisión, el propio comandatario de la obra, el librero James Edwards, menciona solo cuatro, por más que en el catálogo de la venta de sus libros se cifra la tirada en seis, deduciéndose que Bodoni hubiera retenido dos (De Lama 1816, II, 65; Hazen 1948, 56; Edwards 1985, 10-11). En la actualidad, sin embargo, se localizan solamente cuatro (véase más abajo).

emisiones / estados. De la emisión a, en papel, que es la aquí descrita, constan dos estados; un primer estado que se corresponde con el ejemplar enviado a Edwards; este estado fue posteriormente corregido en Parma con la sustitución de las hojas o cuadernos señalados (estado segundo). El estado primero tenía portada cuyo pie de imprenta difiere del segundo; en lugar del descrito, se lee: «printed | with bodoni’s characters | for edwards booksell.r of london | mdccxc» (véase reproducción en Edwards 1985, lámina 1). Esta es la portada que del libro que, por cierto, utiliza para ilustrar la técnica de la imposición de frontispicios y desestructura Zefirino Campanini en la serie de modelos que incluyó en sus Istruzioni pratiche ad un novelo capo-stampa (Fahy 1998, 94). En la Biblioteca Bodoni se reproduce el estado segundo de la emisión a. Consideramos, en atención a lo dicho a propósito de las ilustraciones en la introducción, una emisión b, en estado segundo, que contiene, por lo general, dos estados de una vista del castillo de Otranto, el retrato mencionado y seis láminas que representan diferentes escenas de la obra. Además, consta la emisión sobre pergamino de fabricación italiana (emisión c), que conserva todas las características del primer estado de la emisión a. De esta emisión c quedan localizados, en la actualidad, cuatro ejemplares (Huntington Library, Bibliothèque Nationale de France, Trinity College de Dublin, Library of Duke dof Devonshire at Chatsworth [Hazen 1948, 56, y teniendo en cuenta las correcciones de Edwards 1985, 10; cf., ahora, De Pasquale 2013, 97]). Es dudosa, como se ha señalado, una emisión sobre papel vitela de Annonay.

contenido. H. 1r: portadilla: «edwards’s edition of | the | castle of otranto»; h. 2r: la portada descrita; h. 2v.: epígrafe procedente de Horacio, Ad Pisones, vv. 7-8; h. 3r: poema de George Birch «to the honourable | and ingenious author | of the | castle of otranto»; págs. [i]-xi: «preface | to the | first edition.»; pág. xiii: «sonnet | to the right honourable | lady | mary coke» de Horace Walpole; págs. xv-xxxii: «preface | to the | second edition.»;  págs. [1]-245: texto de «the castle | of | otranto | a | gothic story, &c.».

ilustración. Aunque Bodoni imprimió solo el texto, el libro fue enriquecido ‘editorialmente’ en Inglaterra, como más arriba se ha señalado, a partir de 1793 con una serie de grabados, constituyendo una emisión b más o menos oficial. Estos grabados son: 1) Vista del castillo de Otranto, en estado primero de prueba, en disposición apaisada, avant la lettre; 2) vista del castillo de Otranto, en estado segundo, definitivo, firmado por Barlow, en disposición apaisada, con detalles de paisaje como el panorama nuboso del cielo y dos figuras que contemplan desde fuera el castillo (huella: 137 × 190 mm.); 3) retrato en forma ovalada de Lady Mary Coke (huella: 188 × 137 mm.), firmado: «S. Harding Del.» y «E. Harding Jun Sculp.», con el nombre al pie de la retratada, y una línea de crédito: «Pub. July. 9. 1793. by E. & S. Harding. Pall Mall; 4) «Plate I», firmado «Designed by a Lady» y «Egraved by Birril», correspondiente a la página 22 del texto, como se indica en los créditos al pie del grabado, escena del rechazo de Manfred por parte de Isabella; 5) «Plate II», con las mismas indicaciones de texto y firmas de los autores, escena correspondiente a la pág. 33 del texto, Theodore e Isabella de la mano; 6) «Plate III», correspondiente a la pág. 142, escena con Theodore y Matilda; 7) «Plate IV», correspondiente a la pág. 146, escena de Theodore e Isabella, dormida; 8) «Plate V», correspondiente a la pág. 155, escena de Frederic, Theodore e Isabella; 9) «Plate VI», correspondiente a la pág. 197, escena con el fraile Ierome e Hippolita.

Ejemplares

Ejemplar reproducido en la BB:
*Parma, Biblioteca Palatina, Coll. Bod. 003 [emisión a, estado segundo]. Ver en ICCU.

 Otros ejemplares:
*New York, Columbia University, B824Or14 P 1791. Ejemplar reglado. Enc. inglesa en chagrin encarnado; lomo liso; planos encuadrados con filete sencillo. Ex libris Columbia University Mary Louisa Sutliff Fund.
*Oxford, Bodleian Library, Vet. F5 e.311. Enc. a la holandesa, lomo y puntas en piel chagrin, de principios del s. XX. Ejemplar carente de portadilla y composición poética posterior a la portada, que en este ejemplar es de la primera emisión con fecha 1790, aunque tiene todos los encartes con las correcciones.
*Salamanca, Biblioteca Privada. Enc. inglesa en tafilete azul de grano largo; cinco nervios; planos encuadrados con rueda de diente de perro. Proc.: Ex libris de John Hely-Hutchinson; biblioteca Gili [emisión a, estando segundo].
*Salamanca, Biblioteca Privada. Enc. inglesa en piel de becerro racinée; lomo liso  con cuantro compartimentos, cuajados con hierros y ruedas; planos encuadrados con rueda de línea recta y rueda en la que alternan diamantes y lazos. Proc.: Ex libris de Robert Finch, con escudo y letra «carpe diem»; librería Pirages (enero de 2009) [emisión aestando segundo].

Bibliografía

Bibliografía específica

Renouard 1795, 22; De Lama 1816, II, 65; Brooks 1927, nº. 420; Hazen 1948, 56-63; Giani 1948, 40, nº.15; Zapella 1978, nº. 108; Edwards 1985; Di Rienzo & Wittock 2000, 72, nº. 27; De Pasquale 2013, 97; Cátedra 2013a, 140-178;  De Pasquale 2012a, 103.

Otra bibliografía citada

Campanini 1998; Cátedra 2012; Cátedra 2013c; Cavagna 2010; Ciavarella 1979; Cotone 1993; HWCY; Marks 1998;

Cita

En Horace Walpole, The Castle of Otranto, estudio histórico y tipobibliográfico de Pedro M. Cátedra; en Biblioteca Bodoni [<http://522979.jduqw4qv.asia/libro/the-castle-of-otranto> Consulta: 01/12/2024].
The Castle of Otranto A Gothic Story. Translated by William Marshal, gent. From the original Italian of Onuphrio Muralto, ... - The sixth edition Walpole, Horace 1791

Contenido

Introducción
Descripción Tipobibliográfica
Portada / colofón.
Colación / estructura.
Tipografía e impaginación.
Soporte.
Tirada.
Emisiones / estados.
Contenido.
Ilustración.
Ejemplares
Ejemplar reproducido
Otros ejemplares
Bibliografía
Cita
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Pedro M. Cátedra